Los relojes con dígitos mecánicos comenzaron a fabricarse a principios del siglo XX pero no fue hasta los años 70 y 80 cuando se extendieron entre el gran público, se empleaban en bancos, oficinas, comercios…y muchos de ellos mostraban además la fecha; son los llamados relojes de láminas, de lectura directa o Flip-Flop.
Los actuales relojes de láminas conservan la esencia de aquellos primeros relojes de los 70 como por ejemplo este Flip Flop de sobremesa con estructura metálica y láminas en negro que contrasta con los números en blanco.
Funciona mediante un mecanismo de dos ruedas que soporta sesenta láminas con medios dígitos por las dos caras y que forman una composición de horas y minutos según van cayendo.
El sistema lleva una uña a modo de tope, que impide que caiga el siguiente numero hasta que el ininterrumpido y casi imperceptible movimiento de la rueda vence la longitud de la uña.
La hora se ajusta haciendo girar manualmente la ruedecita que tiene en el lateral.
En tiempo parece que enlentece si te quedas mirando cómo van cayendo las láminas de este precioso reloj.